segunda-feira, 5 de outubro de 2009

Este tem que ser visto!

http://producten.hema.nl/

La interacción en el arte tecnológico , Octavio Lasane

La interacción en el arte tecnológico
Octavio Lasane
Siggraph, Imagina y Art Futura son los tres encuentros más importantes en el mundo de nuevas tecnologías, algunas de las cuales son aplicadas al arte. La primera se celebra en Estados Unidos, la segunda en Montecarlo y la tercera en España. Mención especial merece Ars Electronica de Austria que es un certamen competitivo exclusivo de arte.
Además de los empresarios de las telecomunicaciones para los cuales estos encuentros son meras plataformas de lanzamiento de nuevos productos de la industria audiovisual, asisten a ellas año con año por lo menos un par de cientos de personas; entre artistas, programadores, diseñadores, escultores, músicos, comunicadores, artistas digitales, cibernautas y aficionados. Conocen lo último en videojuegos, en software, leen las novedades literarias de la ciencia-ficción, organizan fiestas multimedia, practican con la realidad virtual, toman bebidas inteligentes, se comunican por Internet y con tragos de vitaminas y aminoácidos estimulan su memoria y su imaginación.
Muchos de ellos son simpatizantes de un movimiento que combina la fascinación tecnología con el rechazo a la forma tradicional de aplicarla. Otros asisten para vivir la experiencia y otros sólo para conocer lo más adelantado en tecnología y estar a la moda. Todos estos “locos digitales”, van con la esperanza de ver lo último en ordenadores, cascos, guantes, pantallas, proyectores, cámaras, tarjetas, conectores, etcétera; pero también imágenes, hipertexto, multimedia, tele-información, CD-ROOM, realidad virtual, televisión de alta definición, tele-presencia, entre otras cosas en voga tecnológica, además de su aplicación (o posible aplicación) en el campo de la estética, el diseño, o el marketing y los negocios.
Arte y tecnología
La cuestión parece simple: sensores artificiales e inteligentes de considerable precisión interactúan con los visitantes, ahora si que no desde el cómodo sillón, sino desde una visión global donde nosotros mismos somos el arte y nuestra imaginación los limites del mismo.
La tecnología como una extensión de la capacidad creativa y de percepción del actuante que ya no espectador.
Imágenes fijas y en movimiento, sonidos construidos o sintetizados, textos escritos y hablados, imágenes tridimensionales, información fluida, experiencias vividas e intensas, conexión con otras mentes, sensibilidades y pensamientos… Como lo oyen. ¿La fase superior de la obra abierta expuesta por Humberto Eco? Quizá. Aunque no sólo abierta, sino incompleta, ya que el observador la completa a través de su propia participación. Al suceder esto, la figura del artista desaparece al diluirse detrás de la del participante que llena el espacio vacío con su propia imaginación. En ocasiones, los autores de tal o cual programa, objeto, espacio, dimensión, interfase, arquitectura, entorno sensorial, ambiente, paradigma de visualización, escenario, instrumento de simulación o como se le llame, dotan al ordenador de un numero finito de estímulos o posibles respuestas -para “determinada experiencia”- los cuales se van duplicando conforme el actuante avanza. Esto es, las obras ven, escuchan y sienten al público y se comportan de acuerdo al mensaje programado en ellas. ¿Queremos como espectadores convertirnos en sujetos activos?
En la actualidad, las ideas de arte abierto, variación de la sintaxis e interacción, entran en clara relación con los nuevos conceptos aportados por la teoría del caos y las propuestas epistemológicas de la endofisica, aunque en la base permanece el sistema de considerar al arte como algo lúdico, libre y creativo. El precedente más cercano –el más lejano quizá Dada- de los movimientos postmodernos como Fluxus o los situacionistas, cuya conceptualización se fincó en estrategias creativas interdisciplinarias con énfasis en la reacción, presencia y acción del publico.
¿Cómo serán los museos del futuro, acaso enormes lugares repletos de máquinas a semejanza de un laboratorio o una fábrica? ¿No estamos siendo demasiado seducidos por la idea del cuerpo como un todo perceptivo? ¿No estamos limitando la acción de la imaginación a un número N de posibles significados?
En las instalaciones tecnológicas, la tele presencia, el video y cine interactivo, la escultura sonora, la robótica, el CD-ROOM y la realidad virtual, la obra no se desarrolla delante de los ojos del espectador, sino por el contrario, es la obra la que aguarda al visitante y actúa según sea la actitud de éste -imaginemos un sensor activado por adrenalina-, para entonces reaccionar de una forma u otra. La obra frente a nosotros como un largo pasillo con diferentes puertas, donde puedo detenerme, sentir un presentimiento, volver atrás; el ordenador tomando decisiones propias, otro pasillo, al final a través de una ventana Van Gog me saluda mientras fuma de su pipa… La línea divisoria entre lo real y lo virtual es muy delgada, entre el aparato cognitivo y la máquina, entre el lenguaje y el pensamiento. Percepción y creación, ciencia y arte en ese punto donde los extremos se vuelven a encontrar bajo el denominador común de la curiosidad, la experimentación y la critica a los esquemas establecidos.
El videoarte fue el primero quizá de los artes virtuales y/o tecnológicos en entrar a los museos por la puerta grande, al grado que hoy los nuevos recintos dedicados a las artes han tenido que instalar video proyectores, hacerse de ordenadores, entre otros devices, dedicados a la exposición del arte tecnológico.
Esto es, que quizá habrá que tener dos museos en lugar de uno. Dado que el museo del futuro será tridimensional, tendrá múltiples salas de navegación generadas por ordenadores y estará constituido por una constelación inmaterial de habitaciones y objetos interactivos expuestos. Será un espacio expositivo ilimitado e interactivo, donde se muestren todas las modalidades artísticas dentro del entorno telemático del futuro.
¿Cuándo podremos nosotros interactuar con un Tamayo, un Felgerez o participar en el juego de pelota de una pieza virtual?
Cuando Teresa del Conde (directora del MAM hoy en día) afirma sin cierta sorna que necesitamos ya otro Museo de Arte Moderno en México, lo dice de verdad, ya que el existente además de estar saturado y de no contar con la infraestructura necesaria, ya no responde a las necesidades y exigencias del arte de hoy en día…
Aunque como van las cosas para cuando lleguemos, quizás hagan falta dos.
Octavio Lasane, “Visión Múltiple” Núm. 6, Febrero de l995.